viernes, 17 de enero de 2014

Los Caminantes de la Noche...

Nota de aclaracion:                                                                                    2ªera. entrega de 3.

Como autor no estoy en contra ni a favor de la prostitucion, existen personas que dicen que este es un mal necesario para el desahogo de la sociedad, pero en mi opinion este oficio el cual es el mas antiguo del mundo debe tomarse con sus reservas y las personas que opinen acerca de el deben hacerlo concientes de lo que van a decir y con la firme conviccion de tener un poco de conocimintos del tema. 
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Sobre el jardín de asfalto de esta avenida del Centro Histórico de la ciudad también se cuentan noche tras noche otras historias, las de muchas mujeres que, por diferentes circunstancias se ven obligadas a tener que intercambiar por dinero su intimidad. La mayoría de las mujeres que ejercen la prostitución en la avenida Morelos son de edades avanzadas, las mujeres jóvenes prefieren ir a lugares donde les brinden más protección o seguridad como en un table dance, salas de masajes o bares que se dediquen a esta actividad.
A pesar de que para estas mujeres el ejercicio de esta profesión está controlado por medio del certificado médico que les expiden en Salud Municipal, y el cual l
es permite ofrecer sus servicios en la vía pública con la seguridad de que no son portadoras de alguna enfermedad venérea, la mayoría de las que están ubicadas en el sector de la Morelos son las que se ven orilladas a trabajar en la calle como último recurso al ser rechazadas en otro tipo de establecimientos.
Lucrecia tiene 68 años de edad y sigue ejerciendo como desde hace más de 24 años la prostitución en la vía pública, cobra 50 pesos por servicio y tiene días que se va en blanco. En la misma situación se encuentran muchas de las sexoservidoras del sector Morelos, la mayoría de ellas superan los 45 años de edad. “Yo no puedo conseguir trabajo, no tengo otra salida, aunque la verdad es que me va muy mal, hay semanas en las que no tengo ni un cliente, vivo de lo que me dan algunas de las compañeras de la calle, cobro 50 pesos por servicio, las mujeres que están jóvenes y guapas todavía cobran entre 200 y 300
pesos, conocemos a la mayoría de las personas que vienen por estas calles, pero ahora con la competencia de los travestis y los muchachos las cosas se han puesto peor, sin embargo, acá es donde vienen los clientes, por eso acá nos quedamos”.
Lucrecia hace este comentario mientras señala la Plaza deArmas como punto de encuentro entre sexoservidoras, sexoservidores y clientes, todos en un círculo vicioso que se repite. Lo que en ocasiones hacen la Ley y los reglamentos es ejercer un control sanitario como medida de protección para la comunidad.
Aproximadamente unas 150 mujeres ejercen la prostitución en la vía pública, de las 1,300 que en promedio se tienen registradas, según datos de la Dirección de Salud Municipal (DSM), y unos 27 jóvenes quienes representan apenas el 3 por ciento del total de los sexoservidores. “Empecé a ejercer la prostitución a los 15 años, hace más o menos un año. Un día mi mamá me mandó a llevarle unas copias al abogado que estaba llevando su tercer divorcio, cuando entré a su oficina él cerró la puerta y creo que descubrió mis inclinaciones homosexuales. Como si fuera lo más normal, el ‘lic’ me ofreció mil pesos porque tuviera sexo con él; yo no necesitaba dinero, pero pensé: ‘total, mil pesos no me caerían mal’, así que accedí. Desde ese día hasta hoy lo sigo haciendo, por dinero y por placer”,

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